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viernes, 1 de octubre de 2010

Analisis de los cursos de laboratorio

El presente escrito es un breve análisis del desarrollo de los cursos de laboratorio impartidos en las carreras de ingeniería del CUNOC.
Por Daniel Morales
Para iniciar este análisis considero necesario generar la siguiente definición: un curso de laboratorio debe de tener como finalidad principal la aplicación por parte del estudiante de los conocimientos teóricos en una actividad práctica.
Nuestro análisis debe de ser muy cuidadoso en tanto que no deberá de salirse de un método dialéctico, de la objetividad, de la realidad, es decir, no deberá de incluir o ser influenciado por circunstancias o sentimientos personales.
Considero que las carreras de ingeniería poseen ciertas deficiencias con respecto a los cursos de laboratorio que dentro de las mismas se imparten, deficiencias que pasaré a analizar a continuación.
1. Espacio y Equipo: Un limitado espacio y un equipo insuficiente como obsoleto en algunos casos, es rápidamente perceptible por la mayoría de los estudiantes en diversos laboratorios.

Referirme al espacio limitado es un aspecto delicado, pues hemos de reconocer que actualmente es la División de Ingeniería a nivel del CUNOC, la que cuenta con las mejores condiciones al respecto en primer lugar, y en segundo, la consecución de espacio es un problema de grandes dimensiones y resulta consecuentemente estar fuera del alcance del presente artículo.

Ahora bien, para el análisis del equipo tanto por su escasez como por su estado (en caso del existente) es necesario revisar la procedencia del mismo. Diversos laboratorios han sido equipados en base al trabajo y aporte del estudiantado o mediante donaciones que han conseguido estudiantes y docentes. ¿Qué podemos concluir en torno al problema de equipo?, que debemos de unificar nuestro esfuerzo como estudiantes a fin de desarrollar dos acciones paralelas:

a. la primera es equipar los laboratorios nosotros mismos, ¿Cómo lograrlo? diseñando un plan de desarrollo de los cursos de laboratorio en el que se defina como finalidad de los mismos entre otras consideraciones, la de generar por parte del mismo estudiante, un aporte a las instalaciones al final de cada curso de laboratorio. Es decir que toda nuestra actividad práctica sea orientada a la entrega final de un resultado, que tendrá doble propósito, el de demostrar los conocimientos adquiridos y el de generar un aporte al laboratorio correspondiente.

b. Y la segunda línea de acción de trabajo será el análisis y generación de propuestas y demandas concretas a las autoridades correspondientes, en busca del mejoramiento del equipo de los laboratorios.

2. Reglamentación y Subjetividad: aunque existen normas para los cursos de laboratorio, es necesario conocer las mismas, generar propuestas y exigir el cumplimiento de lo legalmente establecido. Es notoria para los estudiantes, la subjetividad con que cada instructor imparte su curso de laboratorio, principalmente en los métodos evaluativos, los contenidos abarcados y las actividades desarrolladas. Reconocemos que esto es parte de nuestra Autonomía Universitaria, reconocemos que es parte de un sistema liberal, pero también reconocemos que toda actividad humana deberá estar constantemente sometida al análisis y a la crítica objetiva, y es nuestro deber como san carlistas llevar a cabo dicha actividad.

La conclusión a este segundo aspecto debe ir orientada al conocimiento de las normas, medios y finalidades de cada laboratorio, y al constante análisis y crítica de las mismas. Se puede decir que es necesario conocer las reglas o normas, ser crítico de las mismas y generar propuestas objetivas. Pero ¿Para qué hablar tanto de las normas? Simplemente porque en base a éstas podremos cambiar la actitud subjetiva que de liberal puede pasar a ser de libertinaje en algunos instructores de los cursos de laboratorio. Y recordemos que hablar de normas, genera necesariamente considerar el método de selección de los docentes, es decir el inicio de la estructura humana de los laboratorios; pero no abordaremos este aspecto para no desviarnos más de lo que buscamos desarrollar en este momento.

En este momento puede surgir la siguiente pregunta: ¿en qué nos afecta la subjetividad de los instructores de laboratorio a alcanzar la finalidad que nos proponemos (en los cursos de laboratorio)?

Definimos al comienzo del presente artículo la finalidad de un curso de laboratorio diciendo que es la aplicación de los conocimientos teóricos por parte del estudiante en actividades prácticas.

Al hablar de subjetividad, nos referimos a la manera particular de cada instructor de laboratorio de desarrollar su actividad: ¿Cómo evalúa?, ¿Qué evalúa?, ¿Cómo es su método de enseñanza?, ¿Qué contenidos abarca?, ¿Qué actividades planifica y posteriormente desarrolla?, etc.

La forma cómo evalúa no es la principal limitante para que el estudiante pueda aplicar los conocimientos teóricos en la actividad práctica, no limita la adquisición del estudiante de nuevas capacidades, no por lo menos, como para considerarlo el principal aspecto negativo de la subjetividad. Por experiencia sabemos que un sistema evaluativo para que sea adecuado a grupos en donde se busca determinar la capacidad individual de los estudiantes, deberá ser subjetivo y sabemos también que no brindará una certeza total de su resultado al evaluar los conocimientos adquiridos por los estudiantes.

Al hablar de qué es lo que evalúa, rápidamente podemos concluir que deberá evaluar el desempeño del estudiante en la actividad práctica y la fundamentación teórica que éste presente como justificación de sus acciones. De manera similar a la anterior consideración, podemos decir que el estudiante podrá adquirir nuevas capacidades logrando así llevar a cabo la finalidad principal de un curso de laboratorio, aunque dichas capacidades no le sean evaluadas.

El o los métodos que aplique el instructor, es un aspecto que demostrará claramente la capacidad pedagógica del mismo. Sin embargo al punto al que hemos llegado, podemos desviarnos un poco y preguntarnos: ¿Es función del instructor de laboratorio enseñar?, una respuesta inmediata pudiera ser afirmativa, pero si retomamos nuestra definición de la finalidad de un laboratorio, podríamos decir que la función de un instructor es entonces motivar, dirigir, auxiliar y evaluar el pleno ejercicio del estudiante al relacionar los conocimientos adquiridos en el curso en una actividad práctica. Si estamos de acuerdo con lo último, entonces el instructor de laboratorio no tiene como función principal la de enseñar. En otras palabras, los conocimientos teóricos se deberán de adquirir en el curso y dichos conocimientos deberán utilizarse y aplicarse a la actividad práctica.

Los contenidos que abarca deberán ir acorde a los contenidos del curso, podría ser adecuada la subjetividad del instructor en este caso, si éste orientara la actividad práctica a los contenidos que según su experiencia fuesen los de mayor utilidad para el estudiante.

Llegamos ahora a plantearnos el tipo de actividad que planifica el instructor y cómo la subjetividad puede afectar positiva o negativamente al estudiante que busca una finalidad plenamente definida en los cursos de laboratorio. Es hasta este punto que podemos llegar a responder la interrogante inicial de este inciso donde nos planteábamos en qué nos afectaría la subjetividad del instructor y por qué entonces la necesidad de normalizar los cursos de laboratorio.

Si las actividades que el estudiante desarrollará en los laboratorios no buscan o logran en las condiciones físicas existentes que el estudiante aplique los conocimientos teóricos en la actividad práctica, podemos concluir que ésta no tiene utilidad o razón de ser.

La subjetividad del instructor entonces, nos afectará en el tipo de actividad práctica que planifique para el estudiante, y deberá ser analizada (la actividad práctica) en base al criterio cuantitativo y cualitativo de aplicación práctica de los conocimientos teóricos por parte del estudiante, es decir al desarrollo de su integración del conocimiento.

3. Instructores de laboratorios: este inciso se puede decir posee una alta relación con el anterior, principalmente en lo que concierne a la subjetividad.

Realizada la anterior aclaración, se hace necesario en este momento pensar qué factores podemos analizar de los instructores de laboratorio en general, para generar posteriores propuestas que buscarán aportar al mejoramiento de los cursos de laboratorio.

El instructor de laboratorio es aquél individuo que como definimos anteriormente, tendrá como finalidad “motivar, dirigir, auxiliar y evaluar el pleno ejercicio del estudiante...”, es aquel individuo cuya capacidad adquirida tanto teórica como práctica lo hacen adecuado al desarrollo de su finalidad.

Habiendo definido el papel que el instructor deberá de desarrollar y las capacidades que necesitará poseer, podemos ahora generar propuestas para el mejoramiento de dicho personal.

Se requiere personal con los más altos niveles de conocimiento posibles, especialmente en el ámbito práctico. Se requiere de instructores bien informados respecto a la finalidad de los laboratorios y al papel que juegan en la consecución de dicha finalidad. Se requiere de personal que posea una amplia relación con la universidad, menciono esto, porque instructores esporádicos o “momentáneos”, no tendrán mayor interés y tiempo como para analizar ésta problemática, y actuar consecuentemente de la mejor manera.

No deseo extenderme más de lo que considero útil y necesario en este inciso, es importante en primer lugar definir una postura objetiva como estudiantes, una postura científica, una postura crítica, una postura inteligente.

Durante el desarrollo del presente artículo he podido llegar a concluir que el principal problema no es el instructor, ya que al analizar los factores que afectan a la consecución de una finalidad, resultan ser los instructores producto de las condiciones y exigencias de un sistema que debemos ser los estudiantes los constantes e incansables críticos.

4. Estudiantes: Considero necesario analizar también la actitud que el estudiantado presenta ante los cursos de laboratorio. Posiblemente éste aspecto debería de haber ocupado el primer numeral de este listado de factores incluidos. Pero no lo he hecho de esa manera, debido a que considero que la mayoría de los estudiantes que leyeran el presente artículo no aplicarían el valioso principio de la autocrítica, es decir no aceptarían ser criticados primeramente ellos como considero debemos de hacerlo siempre.

No he conocido hasta el momento a un solo estudiante que demuestre entusiasmo ante los cursos de laboratorio. Podría surgir de éste primer planteamiento una interrogante de gran importancia: ¿Por qué la falta de interés del estudiante ante los cursos de laboratorio?

Considero que la respuesta es muy sencilla como a la vez muy alarmante: Las prácticas de laboratorio no presentan en su realización un grado de dificultad elevada, no brindan conocimientos de alto nivel y utilidad y el personal a cargo de los laboratorios (salvo excepciones) no demuestra tener mayor capacidad y/o interés en el desarrollo del curso de laboratorio que tiene a cargo.

Entonces, ¿cómo lograr desarrollar interés en el estudiante?
Aunque la respuesta pudiera ser muy sencilla si se atiende al anterior planteamiento, es ideal analizar por separado cada una de las razones propuestas.

El grado de dificultad de las prácticas que mencionamos con anterioridad, pudiera a simple vista parecer contradictorio con elementos de conducta y actitud que el estudiante y cualquier persona pudiera presentar si reconocemos que como humanos buscamos siempre facilitarnos las actividades que desarrollamos. Pero no podemos generar una consideración tan simple, tan general, cuando tratamos un tema tan importante.

Actualmente el desarrollo de las prácticas no supone reto alguno para los estudiantes, quienes desde su ingreso a la división deberán de poseer una superioridad respecto a individuos de similar nivel educativo, en torno a diversos aspectos, entre los que destacan el ingenio y la creatividad. Y de manera contrastante con la anterior aseveración surge un sistema evaluativo propuesto por el instructor, en el que se considera (para la mayoría de laboratorios) una ponderación y exigencia de mayor grado porcentual sobre un reporte teórico o análisis escrito de una actividad que debiera estar considerada para niveles inferiores de educación. Deja en un segundo plano lo que verdaderamente debería de considerar que es velar por desarrollar mediante la actividad práctica la mayor integración y aplicación del conocimiento por parte del estudiante.

Ante esta realidad, ¿cómo estructurar nuestras propuestas?, vemos que los dos factores principales aquí mencionados son el grado de dificultad de las prácticas como indicador del interés y compromiso que generan en el estudiante y el sistema evaluativo o grado porcentual de calificación que se le asigna al reporte de laboratorio como una institución tradicional y cómoda, más que como un instrumento preciso de evaluación del conocimiento, que de manera contrastante, no evoluciona.

Nuestras propuestas por tanto deben estar claras en que buscarán elevar el grado de interés del estudiante en las prácticas mediante el replanteamiento de las actividades desarrolladas dentro de los laboratorios y buscarán también modificar el sistema evaluativo, promoviendo la evaluación individual y enfocándose en el análisis del contenido y no de la forma de los resultados presentados por el estudiante.

Otro aspecto que mencionamos con anterioridad es la calidad y cantidad de conocimientos que el estudiante adquiere al final de un curso de laboratorio estructurado de la manera actual. Consideramos que dichos conocimientos adquiridos son muy escasos y de bajo nivel de calidad.
Cuando hablamos de subjetividad, dijimos que ésta podría ser benéfica si fuese aprovechada por el instructor para orientar las prácticas según su experiencia laboral, buscando generar en el estudiante capacidades necesarias y útiles para su posterior ejercicio profesional. Pero de no ser así, ¿A quién beneficia que el nivel de enseñanza o de dificultad en las prácticas a realizarse sea bajo?, la respuesta a dicha pregunta la dejo al estudiante lector del presente artículo. Sin embargo sobre el anterior planteamiento es necesario hacer una observación: cuando el sistema estructural de una institución es decadente, se genera un estado de “equilibrio” entre ignorancia, incompetencia y desinterés en las partes relacionadas, es decir a todos “conviene” por comodidad mantener las cosas como están. Pero nosotros como estudiantes san carlistas, no podemos permitirnos dicha conformidad, debe darnos vergüenza callar ante las problemáticas de nuestra institución.

El tercer aspecto tal vez ha sido suficientemente expuesto en anteriores numerales; cuando nos referimos a la capacidad del instructor y a su interés en el desarrollo de las actividades de laboratorio. Ante este factor quizá de nosotros sea también la mayor responsabilidad, en el proceso de proponer, criticar y exigir tanto en la selección de instructores, como en el desarrollo de los laboratorios.

Para concluir este cuarto numeral, solamente me cabe generar el siguiente listado de actitudes que considero necesarias que el estudiante tenga en todo momento y particularmente dentro de los laboratorios.
a. Puntualidad
b. Interés
c. Responsabilidad
d. Respeto
e. Autocrítica (que pudiera resumirnos los anteriores)
Estas cualidades será necesario practicarlas sin falla alguna, para poder generar análisis, crítica y propuesta, y a la vez evitar ser nosotros objetos de críticas, ataques o consecuencias negativas por no haber actuado de manera intachable.
Concluyo de la siguiente manera este numeral: No pretendamos ser críticos de agentes externos, sin antes ser críticos con la mayor dureza posible, de nosotros mismos. Y cuando nos sintamos en aptitud y posición de actuar, no dudemos en hacerlo.
Luego de haber analizado la problemática de los cursos de laboratorio en base a los cuatro factores principales que he mencionado, puedo llegar a una conclusión general acerca del tema: Si bien es cierto que estos cuatro factores se encuentran en los de mayor importancia, podemos darnos cuenta que cada uno de ellos se desarrolló en base a la definición inicial que dimos de la finalidad de un curso de laboratorio, por lo tanto luego de haberlos analizado en su totalidad, genero una nueva definición que pueda ser base de posteriores análisis.
Un curso de laboratorio debe de tener como finalidad principal la aplicación por parte del estudiante de los conocimientos teóricos en una actividad práctica. Sin embargo, es necesario ampliar esta definición y decir que un curso de laboratorio aparte de lo anterior, deberá: motivar el desarrollo individual del estudiante en la actividad práctica, evaluar adecuadamente las capacidades adquiridas por los estudiantes y promover el mejoramiento de los cursos de laboratorio tanto en su conformación física como de organización.
Aclaro que al decir que deberá de evaluar correctamente, es necesario comprender que a ésta altura del análisis se deberá comprender que un sistema evaluativo deberá ser evolutivo, es decir deberá ser sometido constantemente al análisis, crítica y propuesta objetiva por parte del estudiante en primer lugar, como de las autoridades competentes. Y de igual manera es aplicable este enunciado para cada uno de los factores mencionados en la definición de la finalidad de un curso de laboratorio.
Para culminar éste análisis, me formulo la siguiente pregunta: ¿Qué utilidad puede tener este artículo?
Qué pregunta más delicada, porque para mí, el analizar, conocer e interpretar la realidad es una cualidad que todos deberíamos de tener, pero el sistema o ambiente en el que nos encontramos y actuamos, definitivamente define nuestros intereses, capacidades e ideas, y si no poseemos entonces dicha cualidad, es porque el sistema actual no nos orienta o permite generar la misma.
Entonces qué pretendo con este artículo, pues luego de realizarlo he ido ampliando la finalidad que el mismo pueda tener. Logró este artículo organizar mis ideas en torno a este tema, ha generado en mi, un profundo compromiso en buscar mejorar los cursos de laboratorio, y es eso lo que pretendo transmitir: el interés del estudiante en analizar la realidad en que se encuentra, en considerar cada problema de esta institución como de su competencia, en generar propuestas y críticas objetivas, en generar espacios de diálogo verdadero y útil en torno a temas trascendentales, en unificar el interés y la visión del estudiante de ingeniería.
Yo genero en este momento una pregunta al estudiante que lea el presente artículo: en el tiempo que tiene de estar dentro de esta universidad, ¿Cuántas veces se le ha invitado o motivado a participar en el análisis crítico y propositivo acerca de la problemática de nuestra institución?, mi respuesta personal es nunca. Aclaro que en esta pregunta no me refiero a temas de segundo orden como sería hablar de problemas muy específicos o de interés a un solo grupo reducido, me refiero a hablar acerca de problemas mayores y de importancia general.
Sólo cabe en mí este su amigo, compañero y humilde servidor esperar, que estas letras no queden en el olvido, no sean abandonadas. Sería mi mayor anhelo poder recibir críticas, sugerencias, observaciones, es decir recibir interés de su parte. Esperando siempre que no se olviden del compromiso social que como san Carlistas poseemos, el cual debe de verse reflejado en nuestra institución.

Propuesta para los reportes de laboratorio

PROPUESTA PARA LOS REPORTES DE LABORATORIO
Por: Daniel Morales
Previo a presentar mi propuesta, considero necesario hacer la distinción o diferenciación de dos tipos de orientación que se pueden dar a los cursos de laboratorio:
1. Ejercicio de aplicación del estudiante de los conocimientos teóricos adquiridos en actividades prácticas. En otras palabras una práctica en donde el mismo estudiante planifique su actividad y aplique los conocimientos que posee en un proyecto o práctica sugerida y condicionada por el instructor. En este caso el instructor solo daría indicaciones generales.
2. Laboratorios instructivos, en donde los estudiantes aprendan aplicaciones prácticas del ejercicio profesional. Es decir, el estudiante se presentará a ser instruido y desarrollará la actividad que el instructor de manera completa le indique.
Ambas orientaciones poseen ventajas y deberán ser analizadas para las condiciones de cada laboratorio, sin embargo se puede decir que como ventaja de la primera forma, se tiene que el estudiante es obligado a pensar por si mismo cómo aplicar los conocimientos adquiridos en una actividad práctica; como ventaja de la segunda forma poseemos, que el estudiante aprenderá el uso y aplicación de equipos y técnicas que le servirán en su actividad profesional.
Atendiendo a cada una de las orientaciones anteriores, presento propuestas correspondientes para la elaboración de los reportes de laboratorio.
1.1 El reporte correspondiente a una práctica en donde el estudiante planifique y desarrolle en su totalidad la actividad experimental, deberá contemplar un amplio y claro marco teórico descriptivo que justifique su plan de acción, acompañado de una sección de cálculos (que podríamos llamar: datos calculados), todo esto previo a la realización de la práctica. El desarrollo de la actividad práctica será la segunda etapa, en donde se someterá a prueba la hipótesis generada en la sección anterior y se harán las mediciones respectivas. Culminará en una tercera etapa, en donde se deberán de incluir las secciones de: datos obtenidos, nuevos datos calculados, discusión de resultados y conclusiones.
Considero que el reporte final que sería la unión de todas las secciones realizadas en las tres etapas indicadas, debería de llevar una carátula y una sección bibliográfica, y sería opcional la inclusión de una introducción y recomendaciones que responderían a elementos formalistas o tradicionalistas.
1.2 Si previo a una práctica de laboratorio, el instructor brinda la sustentación teórica de la misma (aspecto favorable en la confiabilidad de la procedencia y contenido de la información), la importancia de generar un marco teórico se ve reducida de manera amplia, pero el interés principal deberá enfocarse en los resultados obtenidos y la interpretación de los mismos que los estudiantes generen. Serían estos últimos dos claros indicadores de las capacidades de los estudiantes y también de la calidad de la práctica elaborada.
Quedarían cuatro aspectos importantes de un reporte de práctica para este tipo de orientación: datos obtenidos, datos calculados, discusión de resultados y conclusiones. Además de una carátula y de manera opcional y atendiendo nuevamente a elementos tradicionalistas una introducción y recomendaciones.

Las elecciones de director en el CUNOC

Breve análisis de la celebración de elecciones de director en el CUNOC. 30/08/10
Por: Daniel Morales

El día de hoy se celebró las elecciones para director del CUNOC, y considero importante hacer un breve análisis de los acontecimientos sucedidos y el trasfondo de la situación.
Una vez más hemos sido partícipes de la principal actividad “democrática” que nuestro sistema de manera legal nos permite desarrollar. Y sin embargo cuan criticable es la serie de elementos que acompañan a las votaciones.
Sin pretender alargarme en el presente análisis, presento los siguientes elementos:
1. En qué nivel de decadencia nos encontramos como institución (fácilmente considerable modelo de nuestra patria) que hoy en día dos son los motivos por los cuales mayoritariamente se acude a las urnas de votación a emitir un sufragio. Por intereses personales egoístas (por llamarles de una manera amable), y en esta ocasión ha abundado las personas que en los diversos grupos han aparecido ocupando esta categoría. O por el temor de retroceder en los modestos y hasta pobres logros alcanzados por los individuos y grupos consientes pero pasivos definitivamente en su acción y trascendencia.
2. La inconsistencia política e ideológica de la gran mayoría de estudiantes, que constituyen el principal grupo elector en la designación del puesto de director del Centro. Me formulo las siguientes preguntas: ¿De dónde ha de surgir el movimiento o grupo que represente verdaderamente los más nobles y justos intereses del estudiante? y ¿De surgir qué respaldo tendrá este grupo?
Me preocupa el hecho de que no existan dentro de nuestra población estudiantil aquellos individuos que reúnan ciertas características como son una profunda definición ideológica, alta determinación en el desarrollo de sus acciones y “una alta dosis de humanismo” (en palabras de uno de los más grandes revolucionarios de todos los tiempos: Ernesto “Che” Guevara).
Y considerar el respaldo que estos individuos puedan tener de surgir, es ahora un planteamiento que considero necesario al observar cómo los habitantes de las ciudades son fácilmente manipulados por los medios de comunicación y cómo también siendo éstos quienes tienen más posibilidad de acceder a los más altos niveles de educación en nuestro país desperdician tan gran oportunidad.
Al hablar hace solo unos días con un amigo compañero nuestro san carlista, éste me transmitía una inquietud que tenía en aquel momento, al contarme cómo en la empresa en que labora suceden anomalías y exigencias inaceptables en contra de todos los obreros de la misma y cómo estos callan ante sus propios problemas. Ante esto, mi respuesta fue: que los factores culturales históricos que definen el desarrollo de una sociedad, acompañado de la ignorancia de la que son partícipes, no les permite desarrollar esa unidad, propuesta y demanda de lo que son sus derechos laborales. Y hoy tal parece que en nuestra institución, cuya finalidad es la de preparar científicos con proyección social, el mismo patrón de actitud se presenta. Es necesario considerar esta idea.
Qué niveles de ignorancia llevan consigo gran porcentaje de estudiantes de nuestra institución, y entiéndase que las ramas del saber son tan variadas que no ha de considerarse estar excluido de dicha ignorancia por el sólo hecho de tener más de alguna capacidad. Y al tipo de ignorancia que me refiero es aquella que se demuestra en las más sencillas formas, como son el lenguaje, los intereses (no necesariamente malos), las actitudes, las ideas políticas, etcétera.
Y sin entrar en detalle en los tipos de ignorancia propuestos les presento una vivencia que el día de hoy durante el tiempo de espera para emitir mi voto tuve: platicaban dos compañeros que me antecedían en la fila y le mencionaba uno de ellos al otro que al día siguiente tendría un examen importante, y con toda seriedad le dijo que esperaba él, que cierto grupo ganara las elecciones del día de hoy, pues de ser así seguramente no habría actividad en su carrera durante los días siguientes dado que se constituiría según él en fiesta para los docentes y las actividades académicas serían suspendidas en su división. Me ha dejado altamente preocupado cómo el estudiante puede llegar a ser tan estúpido de no ver un poquito siquiera más allá de lo evidente y sin conocerlo yo, podría decir de ese estudiante que es seguramente un incompetente en su actividad y a nuestra institución la permanencia de individuos de éste tipo le es nefasta.
Y como si no hubiera sido suficiente la anterior vivencia que he presentado, por la tarde escucho el comentario lamentable de uno de nuestros compañeros de ingeniería, al decir de manera seria que él iría a votar si le dieran comida los grupos en contienda; prácticamente me ha dejado mucho en que pensar.
Y podría decir y afirmar nuevamente que son las condiciones ambientales y los factores culturales históricos que definen el desarrollo de una sociedad y que para desarrollar un movimiento estudiantil honesto, se requiere plantear adecuadamente cada uno de estos problemas.
Seguro estoy que no han dejado de existir individuos conscientes y capaces y seguimos surgiendo nuevos hombres dispuestos a desarrollar una nueva opción, cómo la que presentaron los grandes mártires de nuestra institución y que durante los peores años de represión militar fueron asesinados o exiliados, es decir retirados de nuestra casa de estudios.
Y claramente sabemos que hoy en día la lucha no es la misma, hoy no correrá el mismo riesgo de perder la vida quien eleve la voz para denunciar los problemas de nuestra institución. Hoy no existen dictadores en nuestra sociedad. Hoy no se desarrollan ya las luchas armadas. Hoy la lucha es otra y es la misma en todos los niveles de las clases medias, la definió Fidel Castro en el año 1999 como: “La batalla de ideas”, aplicable perfectamente a nuestra escala institucional. Y la batalla de ideas no es más que lograr comunicar oportunamente las ideas que tengamos por ilusas que parezcan de manera objetiva. Y ¿por qué batalla?, pues simplemente porque estamos inmersos en un sistema económico, político y social que utiliza como una de sus mayores armas en la actualidad la desinformación. Y somos las clases medias quienes teniendo la oportunidad de cultivar nuestras mentes, somos conducidos por el sistema a ingresar como peones servidores a los intereses económicos de la burguesía local.
Pero en una batalla han de existir necesariamente dos contrincantes, y los individuos que hemos podido llegar a adquirir una conciencia social pretendemos formar parte de la oposición al sistema que consideramos decadente.
Del tema original, me he permitido esta enorme desviación, debido a que de vivencias aparentemente simples se puede desarrollar un análisis profundo, y relacionar una realidad que posee sus raíces en la complejidad de los procesos históricos.