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domingo, 24 de abril de 2011

Compromiso y libertad

COMPROMISO Y LIBERTAD
Por: Daniel Morales

El presente artículo pretende analizar la conducta del estudiantado sancarlista de ingeniería desde su ingreso a la universidad y los aspectos que condicionan o motivan el patrón de conducta promedio; pretendo presentar finalmente algunos elementos que el estudiantado debe de conocer y que lo debe consecuentemente motivar en su acción cotidiana. Necesario se hace conocer y posteriormente asumir el compromiso estudiantil que debe existir al pertenecer a la única universidad estatal de un país subdesarrollado. Este compromiso deberá de ser tanto para rescatar a la institución de la decadente situación en que se encuentra, como el compromiso social que la historia nos ha llamado a desempeñar dentro de nuestra sociedad.

Percibo claramente que no existe compromiso alguno en la actualidad por parte del estudiantado con su institución: la universidad, la cual es económicamente sostenida por el pueblo guatemalteco y es la que hace posible nuestra formación a los más altos niveles de desarrollo humano. Por otra parte, sí se pretende disfrutar de las libertades del sistema liberal que la universidad presenta, sin darnos cuenta de que la libertad necesariamente implica compromiso, para que esta funcione y sea sostenible. Tal parece que el estudiante no se da cuenta de que dentro de la universidad existen problemas serios, y que entre más tiempo se deje pasar, más difícil será el corregirlos. Pero para poder generar propuestas claras, debemos de analizar a mi juicio, los tipos de conductas presentes y las causas de las mismas.

Puedo generar una clasificación de los estudiantes en base a la manera en que desarrollan su actividad académica dentro de la universidad, de la siguiente manera:

• Estudiantes aplicados, que podrían a la vez subdividirse en dos tipos, los interesados en aprobar cursos y/o tener un determinado promedio, y el tipo de estudiante cuyos verdaderos intereses radican en el pleno conocimiento de las materias.
• Estudiantes desinteresados, aquellos que no poseen verdadera vocación respecto de lo que estudian y que desmotivados por el sistema educativo imperante en la universidad, pretenden aunque sea lentamente, egresar con un título que los acredite en el medio laboral.
• Estudiante promedio, aquellos que no han asumido plenamente el compromiso académico y social universitario, pero que presentan cierto grado de interés y responsabilidad.

El análisis de los factores comunes y principales que influyen en la conducta del estudiante podría tornarse extenso, me limitaré a exponer mi percepción de lo que acontece dentro de la universidad.

Al ingresar a la universidad estatal, los estudiantes tienden a “dejarse llevar” por el sistema, es decir son adecuados en los primeros meses a un patrón de conducta que define la categoría de estudiante promedio y que está condicionada por diversos factores los que pasaré a continuación a exponer.

a) Sistema educativo de Área Común: el hecho de que los cursos catalogados como de ciencias básicas condicionen o limiten el ingreso del estudiante a los cursos de la especialidad que éste ha elegido al ingresar a la División de Ciencias de la Ingeniería, desanima al estudiante, a la vez que contribuye a la formación de una actitud pacífica y conformista, dañando en muchos casos la seguridad del individuo en toda actividad académica. Esto último me hace necesariamente mencionar que el sistema evaluativo en área común, principalmente, se caracteriza por ser rígido y tradicionalista, no teniendo en ningún momento pretensiones de evaluar de manera individual las capacidades específicas de los estudiantes y que por el contrario puede haber sido concebido para limitar el número de estudiantes que ingresen al área profesional.

b) Docentes y autoridades: resulta ser un factor importante la comunicación y orientación que tanto docentes como autoridades tengan de manera continua y unificada con el estudiantado. En el caso de los estudiantes de nuevo ingreso, no resulta suficiente una lección inaugural para aclararle plenamente el panorama universitario, se requiere de una constante información y orientación; y unificada porque todos deben de fungir como orientadores y unificadores, es decir, se debe tener en gran parte una misma manera de pensar, deben de tenerse los mismos principios e ideas en esencia, a fin de orientar por una misma dirección.

c) Asociación de estudiantes: dónde queda el papel que ha de jugar la asociación de estudiantes, sino en servir al estudiantado, en ser ese medio de comunicación, orientación y unificación. Lamentable y triste se torna el panorama cuando estos aspectos no son contemplados y desarrollados de manera pertinente. La asociación de estudiantes ha ido generacionalmente creando una mala imagen de sí misma, y el no presentarse como una verdadera ayuda al recién ingresado estudiante, confirma o explica en parte el motivo de lo anterior.

d) Estudiantes: el ambiente universitario indudablemente tiene su máximo reflejo en el estudiantado y es responsabilidad de éste actuar decorosamente demostrando en todo momento y ante cualquier circunstancia lo que es un verdadero sancarlista. Se puede decir entonces, que los estudiantes tenemos la responsabilidad de actuar cada vez de mejor manera, a fin de dar un valioso ejemplo a las generaciones venideras; quiero aclarar que al referirme con la expresión anterior, debe de entenderse que la conducta del sancarlista no debe de ser pacifica y conformista, debe por el contrario ser liberal y comprometida a la vez. El estudiante sancarlista se ha caracterizado históricamente por el ingenio, por la valentía, por el humanismo y por el profesionalismo.

He presentado estos cuatro elementos como principales condicionantes de la conducta del estudiantado, que afectan y definen a la media, desde la etapa de ingreso. Hasta este punto ya puede tenerse una idea de cómo el estudiantado ha sido orientado por el medio a una actitud desmotivada, conformista, pasiva y en total desconocimiento de la realidad y del potencial que como grupo posee.

Entonces, ¿cómo debe ser la conducta del estudiante promedio?

Para contestar la anterior pregunta debo de ser cauteloso en la manera de presentar mi propuesta. Para mí la clave radica en el profundo conocimiento de la Autonomía Universitaria, pues es ésta la que permite el ambiente liberal. Hemos de recordar que la autonomía para la Universidad de San Carlos de Guatemala se decreta en el año de 1945, durante el gobierno democrático de Juan José Arévalo y que la finalidad de ésta fue y debe ser la libertad de cátedra, organización y pensamiento dentro de la Universidad. No ha sido en ningún momento concebida como la promulgación de una facultad legal que permita o promueva el libertinaje dentro de la universidad y que atente contra la verdadera función de ésta que es la de formar profesionales competentes que habrán de trabajar por su sociedad.

¿Qué limitaciones encontraríamos en la actualidad de no poseer la Autonomía Universitaria?

El quedar a plena disposición de los gobiernos, indudablemente nos tendría en condiciones similares que a las restantes empresas estatales, a saber, en un proceso de privatización, sin suficiente presupuesto asignado, con una politización de los puestos de trabajo y en la susceptibilidad de que fuera en cualquier momento clausurada. En el sentido académico considero que se suprimiría cualquier análisis histórico, filosófico y social que permitiera o promoviera el desarrollo intelectual de los estudiantes en temas de interés nacional.

Tristemente vemos que gran parte de los problemas que la Autonomía pretende evitar, hoy en día existen: la politización de los puestos de trabajo, las medidas que atentan contra la propia autonomía, el bajo crecimiento de la institución y del alcance en la población guatemalteca y la pérdida de la orientación social de los universitarios entre otros.

Entonces hoy el estudiante tiene el difícil reto de no dejarse llevar por el sistema, de ser capaz de convivir con él, pero a la vez de tener la capacidad de ser crítico del mismo, de conocer el verdadero concepto de Patria y anteponerlo a los intereses de lucro y bienestar personal. Hoy el estudiante debe ver que la universidad no es un “trampolín” del que pueda saltar al éxito individual, es por el contrario un estrecho camino por el que un muy bajo porcentaje de la población guatemalteca logra tener la oportunidad de pasar pero cuya obligación del que lo atraviese es el trabajo en búsqueda del bien común.

En el inciso b) indiqué que se debe tener una “misma manera de pensar”, me refiero con esto que para lograr la unidad y poder orientar al recién ingresado estudiante, deberemos de estar todos conscientes de la influencia que tendremos en la actitud de los nuevos miembros de la Universidad, y serán los principios honestos y de sacrificio en favor de la mayoría los que nos deban orientar, principios estos que deberán de adquirirse en base a la actividad científica orientada de manera social.
Aunque la mayor parte del presente artículo se orientó al análisis de la conducta del estudiante promedio, pueden agregarse algunos aspectos importantes relacionados a la conducta de las restantes categorías de estudiantes propuestos.

En el caso de los estudiantes “responsables”, puede apreciarse casi de manera total la indiferencia ante los problemas institucionales y nacionales. Esto es lamentable, debido a que las grandes capacidades que estos individuos han demostrado tener, deben de ser aprovechadas para el rescate de la universidad. Se confirma al analizar lo anterior la idea que he venido presentado: el sistema o medio universitario condiciona la actitud del estudiantado, destruyendo las cualidades que llegaron a definir al sancarlista, creando conformismo y desentendimiento ante los verdaderos y trascendentes problemas institucionales y nacionales.

Para el caso de los estudiantes “desinteresados”, podría como dije anteriormente extenderme demasiado al contemplar aspectos externos a la universidad, como lo son la educación privada y su forma de operar, las condiciones económicas y sociales que definen muchos aspectos de nuestra sociedad, los exámenes de ubicación y admisión, etc. Pero dentro de la universidad ¿que aspectos permiten la presencia de este tipo de conducta?, como analicé en el anterior artículo titulado: “Actividades recreativas en el CUNOC” la disponibilidad de tiempo libre, la presencia de actividades de ocio y de vicio, la falta de espacios y ocupaciones provechosas y la falta de un verdadero compromiso, desembocan en estos efectos.

A manera de conclusión puedo agregar que hoy el reto es muy grande para el actual estudiantado, consiste en evadir al sistema en cuya orientación no se le pretende incluir en la solución activa de los problemas institucionales y nacionales. Debe lamentablemente buscar la información verídica así como la histórica por cuenta propia, que le permita creer en otra realidad a la vez que le demuestre la dolorosa y decadente situación actual de nuestra sociedad. Deberá de comprender claramente el ambiente en el que se desarrolla, deberá estar dispuesto a trabajar unificadamente ante los trascendentales problemas de la institución y de la nación. Es aquí en donde algunos hemos llegado a conocer el enorme potencial que la asociación de estudiantes tiene, como medio orientador, comunicador y unificador del estudiantado.

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